El divorcio desenmascarado y el remedio para evitarlo

La falta de amor, NO es la principal razón del divorcio. La principal razón es que las parejas no se conocen como debieran.

Nadie le dice a su pareja algo como “Te odio, cásate conmigo”, eso sería ilógico. Las personas se casan porque se aman y desean pasar el resto de la vida juntos.

Pero a pesar de esa verdad, la tasa de divorcios en América Latina sigue aumentando. Los divorcios son incluso comunes entre los grupos de personas que se consideran espirituales (católicos y evangélicos). Si tomamos en cuenta que Dios es el autor del matrimonio, esperaríamos que esos grupos de personas que aman a Dios fueran inmunes al divorcio, pero no es así.

El cáncer del divorcio, que destruye hogares, familias y personas, sigue en aumento en una escala alarmante y parece que la sociedad alienta las prácticas que incitan a la separación. Incluso las leyes alientan y facilitan las rupturas legales de los matrimonios.

Y si la falta de amor no es la razón de los divorcios, entonces.. ¿Qué hace que 6 de cada 10 matrimonios terminen en divorcio?

La principal razón de los divorcios, a nivel mundial, es la falta de conocimiento de las parejas para manejar los problemas relacionados al matrimonio y la vida en familia.

Aunque parezca extraño, 9 de cada 10 parejas, deciden casarse sin aprender las habilidades que van a necesitar para enfrentar los problemas de vivir en unión matrimonial.

Aunque muchas personas que deciden divorciarse suelen decir frases como “El amor se acabó”, “No era la persona correcta”, o “Nos apresuramos a casarnos”, la verdad es completamente diferente.

La verdad es que estas frases solo son excusas para disimular el problema verdadero que la mayoría de personas no quiere encarar.

El divorcio es la decisión final o ruta de escape de una pareja que hizo demasiadas cosas incorrectas, que acumularon muchos problemas sin resolver, que tomaron actitudes hirientes, que dijeron frases que dañaron a su pareja, y todo eso terminó creando un muro entre ellos, hasta que se encuentran muy distanciados emocionalmente.

Entonces aparecen los sentimientos negativos como los celos, la ira, el deseo de venganza y el desprecio, ahogando el amor entre la pareja. Por fin, ambos deciden tomar caminos separados.

El amor no es solo un sentimiento, es una decisión.

Los sentimientos de los seres humanos son volátiles e inestables. Son similares a una montaña rusa, un día están en lo más alto, mientras que al siguiente pueden decaer por completo. En ocasiones pueden estar en ascenso, pero de forma lenta, para luego decaer de nuevo, ponerse de cabeza y subir de nuevo.

Los sentimientos cambian constantemente, pero el amor NO es un sentimiento, sino una decisión que incluye sentimientos buenos y positivos.

A partir de entender que el amor es una decisión, podemos entonces decir que se puede “aprender a amar”. Incluso cuando creemos que el amor ha desaparecido, es posible “re-aprender a amar” a la persona a nuestro lado, y el primer paso para aprender a amar a una persona es sabiendo más sobre esa persona.

Conocerse mutuamente, alimenta el amor y previene los conflictos

El amor es una decisión que produce buenos y agradables sentimientos. Amar es conocer profundamente a la otra persona, admirar y valorar sus virtudes, mirando sus defectos de forma positiva.

Muchas parejas se unen por un sentimiento, una pasión o una atracción física mutua, pero nunca invierten tiempo en conocerse, explorarse el uno al otro y descubrir lo que los hace felices, lo que los entristece, lo que lo enoja, lo que los emociona, los sueños, lo anhelos, y los miedos de cada uno.

Sabemos de parejas que viven unidas en matrimonio muchos años porque deben criar a sus hijos y ese es su motivo para permanecer unidos. Pero al final, cuando los hijos se van del hogar, la pareja se enfrenta a una horrible realidad, la realidad de descubrir que pasaron décadas casadas con una persona que nunca conocieron realmente.

Cuando los cónyuges no se conocen profundamente, no pueden saber qué irrita a su pareja, cuáles son sus luchas, cuáles son sus debilidades, qué piensa sobre los temas importantes…por eso se cometen errores en la relación que generan diversos conflictos. Esos mismos conflictos, si no se saben manejar, crean un muro entre la pareja que se hace cada vez más grande y termina separándolos por completo.

Una de mis frases favoritas y que repito constantemente es: “Sólo puedes amar lo que llegas a conocer profundamente”. Y podría añadir que entre más conoces a una persona, más amor puedes demostrar hacia esa persona.

Conocerse mutuamente es la clave para alejar al fantasma del divorcio

Si conocerse profundamente es la clave, entonces el remedio al divorcio no es algo complicado, solo es algo que requiere empeño y dedicación diaria.

Para conocerse mutuamente, solo basta una conversación y las preguntas correctas. Qué tal si pruebas hacer preguntas como:

  • ¿Qué te hace sentir feliz?
  • ¿Cuál fué tu juguete favorito en la niñez? ¿Por qué?
  • ¿A qué le tienes más miedo?
  • ¿Qué te hace sentir que te amo?
  • Si pudieras cambiar algo del pasado, ¿que sería lo cambiarías?
  • ¿Qué sueños tienes y por qué son importantes para ti?
  • ¿Qué lugar del mundo te gustaría visitar y por qué?

Las anteriores son preguntas que no se pueden responder con un simple SI o NO, sino que requieren que la otra persona se extienda en su respuesta.

Son las preguntas ideales para una tarde de café, o durante un paseo por el parque o en la sala de tu casa. Lo que nos lleva a una sugerencia importante…

La pareja debe tener tiempo para estar juntos y sin interrupciones

Los matrimonios exitosos son los que suelen apartar tiempo semanalmente para estar juntos, sin hijos y sin interrupciones.

Separar al menos 3 horas semanales para tener un tiempo juntos es una excelente manera de conocerse y conectarse emocionalmente. Usualmente aconsejamos que sea un tiempo que acuerden juntos, como si fuera una cita.

Justo como cuando eran novios, agenden ese tiempo juntos y envíense mensajes uno al otro diciendo cuánto anhelan que llegue ese momento especial. Eso genera expectativa y alimenta la ilusión.

Si es posible, incluyan una comida sencilla, unos bocadillos o al menos un helado, aunque un paseo a pie, juntos y tomados de l amno es más que suficiente. Lo importante es atesorar esos momentos, disfrutarlos conociéndose y alimentando su relación.

Conclusión

Como te das cuenta, alimentar tu relación de pareja solo requiere un poco de creatividad y dedicación para conocerse, valorarse y respetarse.

Si este aporte te ayudó en tu relación de pareja, compártelo en las redes sociales para llegar a más personas que necesitan conocer esta realidad. Déjanos un comentario, nos encantaría conocer de tí y de cómo nuestro contenido te ayuda en tu relación de pareja.

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